El viñedo reúne 200 parcelas de una media de 0,6 hectáreas de superficie repartidas en tres pequeños valles al pie del monte Toloño y un espectacular bloque calizo de 1272 metros de altura que protege la propiedad de las tormentas atlánticas. En sus faldas, a partir de los 800 metros de altura, los bosques de encinas se funden con los primeros viñedos. Esta situación de límite climático favorece una maduración suave y tardía de la uva.
El cultivo se hace de forma ecológica, los campos no se tratan con productos sistémicos o herbicidas y el uso de tratamientos biodinámicos permite potenciar la tipicidad de un enclave privilegiado e histórico en Rioja.